Los faros se sitúan en lugares que invitan a la serenidad, a la reflexión y además estimulan la imaginación. Te muestran nuevos horizontes y te hacen soñar.
Son un punto de referencia permanente visibles desde la distancia e inconfundibles en la noche, ya que iluminan por encima de cualquier luz.
Los faros no se mueven, su luz hace que vayamos hacia ellos, nos indican el camino, que libremente elegimos.
“¡Un faro no está interesado en quién recibe su luz! ¡Simplemente la da sin pensar! ¡Dar luz es su naturaleza!”
(Mehmet Murat Ildan).
“ELIGE SER LUZ”, encuentra tu calma y generosamente sé cómo un faro, iluminando el camino, arrojando luz a la sombra.
“¿Sabes qué eres? Un faro de luz. Entonces nadie puede naufragar cerca de ti.”
(Yogi Bhajan)
Sé esa persona que está siempre ahí, de forma firme y clara, inadvertida, con una sonrisa lanzando destellos de luz.
“Y tú Luz será un faro para el que va dudoso … ¡Que no hay nada que alumbre como el Amor!”
“No intentes cambiar a nadie: limítate a iluminar, porque es tu luz la que invita a tu prójimo a cambiar! ….
No intentes cambiar a nadie …. ¡Pero los cambia tu luz!.
(Jorge Oyhanarte).
Sé el faro que un día decidió brillar con luz propia y decir seguro. ¡Aquí estoy!, ¡Este soy yo! y ¡Esta es mi forma de compartir mi luz!
Un abrazo de luz!
